Todos sabemos que las TIC se hallan instaladas en nuestra sociedad y están presentes en la vida cotidiana determinando nuestra manera de vincularnos con los demás y con el conocimiento. Están allí, para ayudarnos a solucionar diversos tipos de problemas, entre los cuales se encuentran los relacionados con el acceso a la información y con nuestra necesidad de comunicarnos y relacionarnos con el otro.
Las TIC no han sido creadas con fines educativos, de hecho son útiles al hombre en diversos contextos de la vida moderna. Sin embargo, hoy por hoy, nadie se atrevería a negar su fuerte potencial en el terreno educativo. Las TIC en la educación han llegado para quedarse, por lo tanto incumbe a los miembros de la comunidad educativa procurar que las mismas transiten un proceso de adaptación a los fines pedagógicos, lo cual, implica concebirlas como TAC, es decir, tecnologías para el aprendizaje y el conocimiento.
Esto sucede cuando es posible identificar beneficios al seleccionar un determinado recurso para satisfacer alguna necesidad vinculada con el proceso de enseñanza y aprendizaje. Ahora bien, para que el docente seleccione los recursos adecuados de acuerdo a sus fines pedagógicos, es necesario que reconozca un cierto valor agregado potencial, y en función del mismo, planifique una actividad en la cual el uso de las TIC traiga aparejado lo que a mi me gusta llamar un VPA (valor pedagógico agregado). El VPA aparece en tanto y en cuanto exista un docente que, con una actitud innovadora y proactiva, apunte su intencionalidad didáctica hacia la creación de oportunidades de aprendizaje en las cuales la utilización de determinado recurso digital conlleve la aparición de un beneficio pedagógico difícil de lograr sin la utilización de dicho recurso.
La pregunta que deberíamos hacernos nosotros como docentes es acerca del VPA que trae aparejada la inclusión de tal o cual recurso, dentro del contexto de una actividad, gracias a nuestra intervención pedagógica, tanto al seleccionar dicho recurso como al delimitar las situación de enseñanza-aprendizaje que lo incluye.
Este planteo promueve la reflexión docente acerca del valor pedagógico de la inclusión de las TIC y la tarea de convertirlas en TAC y es, a mi entender, sumamente enriquecedor ya que nos obliga a pensar en las variables intervinientes en la situación de enseñanza y aprendizaje mediada por las TIC y hacer foco en las múltiples posibilidades que las mismas, convertidas en TAC, tienen para ofrecernos en pos de enriquecer la práctica educativa.
Las TIC no han sido creadas con fines educativos, de hecho son útiles al hombre en diversos contextos de la vida moderna. Sin embargo, hoy por hoy, nadie se atrevería a negar su fuerte potencial en el terreno educativo. Las TIC en la educación han llegado para quedarse, por lo tanto incumbe a los miembros de la comunidad educativa procurar que las mismas transiten un proceso de adaptación a los fines pedagógicos, lo cual, implica concebirlas como TAC, es decir, tecnologías para el aprendizaje y el conocimiento.
Esto sucede cuando es posible identificar beneficios al seleccionar un determinado recurso para satisfacer alguna necesidad vinculada con el proceso de enseñanza y aprendizaje. Ahora bien, para que el docente seleccione los recursos adecuados de acuerdo a sus fines pedagógicos, es necesario que reconozca un cierto valor agregado potencial, y en función del mismo, planifique una actividad en la cual el uso de las TIC traiga aparejado lo que a mi me gusta llamar un VPA (valor pedagógico agregado). El VPA aparece en tanto y en cuanto exista un docente que, con una actitud innovadora y proactiva, apunte su intencionalidad didáctica hacia la creación de oportunidades de aprendizaje en las cuales la utilización de determinado recurso digital conlleve la aparición de un beneficio pedagógico difícil de lograr sin la utilización de dicho recurso.
La pregunta que deberíamos hacernos nosotros como docentes es acerca del VPA que trae aparejada la inclusión de tal o cual recurso, dentro del contexto de una actividad, gracias a nuestra intervención pedagógica, tanto al seleccionar dicho recurso como al delimitar las situación de enseñanza-aprendizaje que lo incluye.
Este planteo promueve la reflexión docente acerca del valor pedagógico de la inclusión de las TIC y la tarea de convertirlas en TAC y es, a mi entender, sumamente enriquecedor ya que nos obliga a pensar en las variables intervinientes en la situación de enseñanza y aprendizaje mediada por las TIC y hacer foco en las múltiples posibilidades que las mismas, convertidas en TAC, tienen para ofrecernos en pos de enriquecer la práctica educativa.